Blogia
anodyne

Crees..

 

que por iniciar una conversación a media voz en un sofá ya está todo resuelto. Que basta con echar de menos y de más, y que puedes correr  a pies desnudos por el mundo gracias a un rozar de labios, y que se te despierte el hambre por saber qué habrá detrás de un par de ojos que se clavan en los tuyos con la misma intensidad.

Crees que es tan fácil tirar bor la borda todo un mundo de desilusión y desconcierto, que ya está. Que cada segundo de tu historia se ha de transformar, en in instante, del infierno en un mundo de luz sin sombra, mil palacios de sonrisas y final feliz con beso y noches estrelladas.

Y cuando dejas que una mano se te acerque te sorprendes dando un salto hacia atrás, los músculos completamente rígidos y el frío helado de unos dedos que se abrazan a cada vértebra que llevas en la espalda.

Porque has pasado lo peor, dices y crees, y de todas las heridas que te abrieron rezas que aprender a veces cuesta algo más que esfuerzo, unas gotas de sangre y lágrimas.

Pero es al ver tu salto, el miedo, la huida fácil más allá de aquella puerta y su escalera comprendes que lo peor acaba de llegar. Acabas de salir de un coma y ahora, al intentar mover las piernas, descubres tu tetraplejia emocional. Toca el control de daños. El descubrir cada secuela incomprensible de estar tanto tiempo agazapado en el rincón de lo que quedó atrás. Dos mil análisis de sangre, radiografías que te muestren todo lo que se enquistó y que te tendrás que operar. Los clavos para tu fractura múltiple de alma. Los mil años de corazón escayolado. La rehabilitación total.

Puedes, en los momentos en que todo se te antoje más allá de aquello que llamas sostenible, soñar con ir descalza por el mundo y por la vida a toda velocidad. Imaginar sueños de arena dispersándose bajo tus pies y verte con los brazos extendidos hacia un horizonte de verdes y praderas. Y soñar con brazos y canciones, con miradas y sus besos y el saber que un día te despertarás para encontrarte sonriendo con que tu pareja te lleva espiando entre las sábanas desde minutos atrás. Puedes soñar con lo que quieras. Con nuevas canciones. Con lienzos que pintar. Con la vida llena de ilusiones.

Pero ahora…

ahora toca levantarse de la silla, y aprender a andar.

1 comentario

Rebe -

Sorprendida :-)
:*********